COMITÉ DE EMPRESA GLOBAL (SALCAI-UTINSA S.A.)
¿Guaguas o no guaguas?
jueves, 11 de septiembre de 2008
David Najor
jueves, 11 de septiembre de 2008
David Najor
Llegaba la guagua a la parada y esperaba yo para subir, cuando me fijé en el cartelito que adornaba el cristal frontal: «Salarios ya». Primer pensamiento del día (serio, claro):«menudos ánimos tiene que tener el chófer si aún no ha cobrado».
Luego veo que el cartelito frontal tiene dos compañeros, uno en la puerta de entrada y otro en la puerta intermedia, que rezaban más o menos «Los socialistas no pagan a los obreros. Saavedra dimisión». «Pues vaya», me dije en un segundo pensamiento, «un humor de perros tendrá el hombre». Sin embargo, al final resultó estar de buen ánimo, lo del reír para no llorar, supongo.
La cosa es que mientras ese chófer que aún no había cobrado por hacer su trabajo me acercaba al mío, me puse a reflexionar un rato; que, total, el paisaje del camino se lo sabe uno de memoria a fuerza de ir todos los días a trabajar.
Me dije: «¿Con qué ánimos se levanta uno todos los días a las cuatro o cinco de la mañana a trabajar cuando no sabe si cobrará ese esfuerzo?»
En fin, que lo uno lleva a lo otro y acabé preguntándome cómo el PP, con Soria en un primer momento, y Pepa después, permitieron que la cosa llegase a este punto. ¡Claro!, me dije, estaban ahorrando para la Gran Marina y la Bandera de la Vergüenza, aunque esa última se hizo malgastando dinero del Cabildo, pero eso es otro asunto.
Con lo que, me pregunto yo, ¿dónde está Soria para dar explicaciones? Él empezó a reventar la empresa obligándola a crear tarifas especiales, como el Bono-fácil, sin dar compensaciones a cambio. Ahora está en el Gobierno, de Consejero de Hacienda, arruinando la economía canaria. Por lo menos es coherente el muchacho.
Luego está Pepa, que se gastó todo lo que había –y un poquito más– en construirnos puentes que duplicaron su coste en el último momento, en hacer concursos ilegales a los que había invitado a sus amigos, a pagar los guardaespaldas de Soria mientras estaba en el Cabildo, y otros gastos así de importantes y útiles para la ciudad. Es comprensible que no tuviese para compensar a Guaguas Municipales. ¿Qué importancia tendrá el transporte público frente a comprar estatuas feas y caras o frente a la Gran Marina?
Lo que ya no es tan comprensible es lo que dijo doña Pepa el otro día, preguntando al Ayuntamiento por qué se fueron de vacaciones en lugar de arreglar el problema que estaban creando. Me pregunto yo por qué se fue ella de vacaciones esos cuatro años que estuvo contribuyendo a la deuda que ahoga hoy a Guaguas. De todas formas, no se le puede echar en cara que diga tales cosas, no tiene un contacto muy completo con la realidad, incluso dice proceder de un lugar que no existe, algún sitio llamado «Triana Alta», que por mucho que los historiadores y cartógrafos lo buscan, donde debería estar sólo encuentran un barrio llamado «El Risco» o «San Francisco».
Sin embargo, la palma se la lleva este gobierno municipal que nos ha tocado en suerte. Y es que tenemos muy mala suerte en las loterías de gobernantes, la verdad. El alcalde, Saavedra, que por nombre tiene Jerónimo, por diminutivo prohibido Momo, y a quien yo llamo Jero, por aquello de que es un hombre simpático, no acaba de tener muy claro qué es eso de gobernar y qué es eso de la Función Pública y los Bienes Públicos. Tampoco tiene demasiado claro quién manda en el Ayuntamiento y en su partido.
Dice Jero que «Guaguas hay que privatizarla» porque, por lo visto, él no le ve más soluciones. Mal asunto el de la miopía, debería ponerse gafas cuanto antes.
Digo lo de las gafas, porque hay quienes ya le vieron solución, como el Gobierno de Canarias, o el Cabildo a través de la Autoridad Única del Transporte; esos dos órganos pagarían cada uno un 33% de la deuda, quedando el Ayuntamiento a tener que pagar el 33% restante. Por lo visto eso a Jero no le parecía bien, que con ese 33% igual mete a cuatro o cinco directores más, así, como quien no quiere la cosa. Que digo yo que podría prescindir de alguno de esos doce o quince, o a saber cuántos a estas alturas, y dejar solo cuatro directores, como tenía Pepa, y pagarle el sueldo a sus guagueros. Bueno, será que con tanto carisma, Jero tiene demasiados amigos, y claro, tiene que demostrarles a todos que los quiere mucho. Y los demás no vemos nada, por tontos que nos toman.
En fin, como decía, que la palma se la lleva, y gafas necesita, porque si a él le suena a «solución» pagar las deudas que Guaguas genere por las tarifas especiales y que una empresa privada se lleve los beneficios (que los debe haber por alguna parte, porque si no, a ver a santo de qué aparecen esos inversores privados), a nosotros, es decir, a los que o bien usamos gafas o quienes no las necesitan, el asunto nos huele a pelotazo, y de los malos. Vamos, que puede que sea el siguiente capítulo entre la rivalidad Gran Canaria / Tenerife, al querer don Jero competir con el caso Las Teresitas. Si es que somos de lo que no hay…
En esto estaba cuando llegamos a la Alameda de Colón, y ese chófer que aún no había cobrado, que era ajeno a las vueltas y vueltas que el dinero de su salario no pagado había estado dando todos estos años, respondió a mi «hasta luego» con un «adiós». Deberían poner algún chófer de director de algo, al menos habría uno que cobrase puntualmente. Vamos, digo yo.
David Najor Hernández Lorenzo, miembro de los Jóvenes de Nueva Canarias, en Las Palmas de Gran Canaria.