Después del éxito parcial de la huelga general de 29 de Septiembre, son muchos los que se quejan desde los medios de prensa y foros de internet, del "autoritarismo" y la "falta de libertad" ejercida por los activistas sindicales de los piquetes en contra de aquellos trabajadores o estudiantes que, a título individual, optaron por ejercer su "libre y democrático derecho a acudir ese día a trabajar", al no estar de acuerdo con la huelga.
Entre las muchas razones que alegaban, estaban las archiconocidas, parcialmente compartidas por muchos de los mismos activistas sindicales y trabajadores que hoy la impulsaban de que se trata de "una huelga convocada tarde y mal por unos sindicatos mayoritarios vendidos, que sólo buscan el interés personal de sus líderes y militantes, y el no quedar mal cuando le han visto las orejas al lobo".