lunes, 13 de agosto de 2012

El desempleo aumentó un 270% y se cerraron 8.000 empresas.

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CINCO AÑOS DE CRISIS ARRASAN LA ECONOMÍA CANARIA


CANARIAS SEMANAL

Por A. Inglott - Canarias Semanal
En los cinco años transcurridos desde el inicio de la Crisis la economía canaria, fundada en la construcción desaforada y la especulación inmobiliaria, ha quedado prácticamente arrasada. El paro aumentó en las Islas un 270% y se han cerrado alrededor de 8.000. Con todo, lo más grave de esta realidad económica continúa siendo la perspectiva de futuro (...).
No eran muchos los que antes del año 2007 alertaban acerca de los endebles pies de barro sobre los que se sostenía  el crecimiento económico del Archipiélago canario. Y quienes se atrevían a hacerlo, desde luego, no lograban alcanzar ningún eco más allá de los medios de comunicación alternativos. En las postrimerías de la orgía del ladrillo que contribuyó a multiplicar las fortunas de un puñado de privilegiados empresarios se mantenía a la mayoría de la población en la creencia de que, en el seno de laUnión Europea, Canarias no volvería a abandonar jamás el camino siempre ascendente del "progreso".

   Un lustro después, sin embargo, la dramática situación que se vive en las Islas ha acabado definitivamente con el espejismo inducido. En el segundo trimestre de 2007, el desempleo en Canarias afectaba - según la Encuesta de Población Activa (EPA)- a un 9,78% de la población activa.  Un límite que jamás se logró superar y que   indicaba, ya en la  época de las llamadas vacas gordas, los límites estructurales de una economía plenamente dependiente de la construcción y el turismo de masas.  Hoy, la tasa de paro de las Islas llega hasta el 33,14%.Ya son más de 290.000 los parados canarios, muchos de ellos de larga duración y sin perspectivas de poder reincorporarse al mercado de trabajo. El desempleo ha aumentado en estos cinco años en un 270% y afecta a más del 50% de los jóvenes.  


SIN ALTERNATIVAS TRAS EL ESTALLIDO DE “LA BURBUJA”

    Tras el estallido de la Crisis, iniciada en los Estados Unidos con el derrumbe del fraudulento negocio de las "hipotecas basura",  los gobernantes españoles y canarios aún intentaron sostener durante un tiempo la ficción de que la economía "patria" gozaba de una perfecta salud. La pretensión, obviamente, resultó del todo inútil. Pronto se pudo comprobar que, lejos de estar ajenos a lo que estaba sucediendo, el carácter fundamentalmente especulativo del llamado"milagro económico español" iba a tener, al final de la fiesta, unas consecuencias catastróficas para el conjunto de la población.

     El parón en la concesión del crédito provocado por el pánico subsiguiente a la quiebra deLehman Brothers y el conocimiento sobre la situación real del sistema financiero fue tan solo el detonante que hizo derrumbar todo el frágil edificio. La burbuja inmobiliaria - inflada durante años gracias a las políticas económicas de PP, PSOE, CC y el resto de partidos institucionales - saltó definitivamente por los aires. En Canarias, los efectos de este previsible desenlace fueron y continúan siendo devastadores. Más de 8.000 empresas cerradas, cientos de familias expulsadas de sus viviendas por los bancos, un incremento exponencial del número de personas situadas por debajo del umbral de la pobreza...

    Con todo, lo más grave de esta realidad económica continúa siendo la perspectiva de futuro. En las Islas, como en el resto del Estado español, no existe ningún sector económico capaz de reemplazar el peso que llegó a alcanzar la Construcción en el conjunto de un deformado sistema productivo; y hasta las vacuas promesas de “diversificación” han quedado sepultadas en el discurso oficial de la “austeridad” presupuestaria.

    Por otros lados, economistas críticos, heterodoxos, ortodoxos y hasta organismos del establishment como el FMI coinciden en señalar que la recesión económica ha llegado para quedarse durante un largo tiempo. Y Canarias, como de costumbre, continúa estando a la cabeza de todos los indicadores negativos que el España, a su vez, lidera en el marco de la Unión Europea.

    Con una economía en estado de coma, un Estado a punto de ser intervenido por los representantes del gran capital alemán –las instituciones europeas- y la obligación de seguir destinando miles de millones de euros solamente a pagar los intereses a los prestamistas extranjeros  -mientras la Deuda no deja de crecer exponencialmente -   el panorama que se dibuja en las Islas no puede resultar, hoy por hoy, más desolador.