viernes, 18 de diciembre de 2009


ARCHIPIELAGO NOTICIAS

Las calles cubiertas de piedras del barrio de Aminetu Haidar en El Aaiún, la capital del Sahara Occidental, fueron ayer el rastro que quedó tras la actuación de la policía y los antidisturbios marroquíes, que tomaron las calles adyacentes a la casa de la activista, para evitar que nadie se acercara a ella. Una invasión a la que los vecinos del barrio respondieron a pedradas.

El objetivo de la policía quedó claro: impedir la celebración por el regreso de quien se ha convertido en un símbolo para los saharauis y, por encima de todo, cerrar el paso a los periodistas que se habían acercado a la zona para evitar que informaran de la alegría popular por el regreso de Haidar y de la represión que siguió a los gritos en su favor, los yuyus de las mujeres y las bocinas de los coches, que no dejaban de sonar.
Haidar ya está en El Aaiún