El Pez muere por su boca
Hay un dicho popular que dice: El Pez muere por su boca. Eso facilmente indica que los seres humanos debemos tener mucho cuidado con las palabras que salen de nuestra boca, no sea que un día veamos que regresan como boomerang.
La verdad es que nuestras palabras podrían ser nuestro mayor castigo. Alguién dijo: "Prefiero asegurarme de que mis palabras sean lo más dulces y suaves posible, no sea que un día tenga que tragármelas".
Así también la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, se jacta de grandes cosas. Mirad, ¡qué gran bosque se incendia con tan pequeño fuego!
Y la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, es encendida por el infierno e inflama el curso de nuestra vida.
Porque todo género de fieras y de aves, de réptiles y de animales marinos, se puede domar y ha sido domado por el género humano, pero ningún hombre puede domar la lengua; es un mal turbulento y lleno de veneno mortal.