sábado, 26 de junio de 2010




Cuando la energía se hace cada vez más escasa y cara, la velocidad se convierte en un lujo. La potencia que desarrolla un vehículo al moverse (y por tanto la energía que consume) es proporcional a la velocidad al cuadrado: un vehículo que se mueve a 200 Km/h está consumiendo cuatro veces más energía que el se mueve a 100 Km/h. El que se mueve a 300 Km/h, nueve veces más.