viernes, 19 de febrero de 2010



Moisés González Miranda.- Probablemente el inconsciente colectivo ha interiorizado la relación entre el tren y el progreso. Las películas americanas han creado esa imagen romántica del monstruo de hierro que en 1830 llevó la civilización a la costa oeste, atravesando llanuras infinitas, al ritmo del cha ca cha del tren. Quizás este hecho explica la afinidad que manifiesta mucha gente en esta isla con respecto al proyecto del tren del norte.